El artículo se concentra en la pluralidad de las experiencias de exilio político tal como se manifiestan en las comunidades de exiliados chilenos y uruguayos en la segunda mitad del siglo veinte. Enfocándose en las dinámicas de exilio como la interacción entre el país expulsor, el exiliado(a) y el país anfitrión, el artículo elabora dos fenómenos básicos: primero, el hecho de que los lugares de exilio pueden devenir, a través de las acciones de los exiliados, en comunidades de exilio, si como en uno de los dos casos analizados los exiliados logran movilizar y representar a los residentes en su conjunto. El artículo elabora la dinámica diferente que se da en este proceso en las dos comunidades, donde problemas personales y comunales se desarrollan y son tratados paralelamente a las actividades públicas relacionadas al exilio político. Segundo, analiza la transición de una estructura trilateral de exilio hacia una cuadrilateral, cuando la arena internacional y global se transforma en una importante dimensión de las actividades políticas de los exiliados.