Dentro de la estructura internacional de hoy en día existen tres centros que se han ido configurando como importantes polos de desarrollo: América, Europa y Asia. De los tres, este último es quizás el más débil, aunque también se presenta como una región de grandes oportunidades. A partir de la configuración de APEC, a finales de los ochenta, Asia ha intentado establecer relaciones con la cuenca del Pacífico y, a partir 1996, con Europa, su relación más débil dentro de este esquema tripolar. Si en Europa el núcleo de la región es la Unión Europea, en América lo es el NAFTA, que reúne a Estados Unidos, México y Canadá y que podría convertirse en el embrión de una gran área de libre comercio en las Américas (ALCA). En Asia, aún no existe un núcleo formal. Este artículo describe como la región se encuentra en un proceso de formación de su identidad, y como de su resultado depende la posición y relaciones que se darán entre los tres polos ya mencionados.
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