La autora expone una articulada información empírica para demostrar que las instituciones políticas de Argentina padecen de una grave crisis de representatividad. Esta crisis afecta a las instituciones porque entraña una pérdida de la confianza de los ciudadanos acerca de la responsabilidad de los representantes como sus delegados o mandatarios. Carlota Jackisch establece que la deslegitimación, por déficit de representatividad, de los partidos, el parlamento y la judicatura no inclinan las preferencias de los argentinos por un nuevo régimen militar. No obstante es claro que ello es un peligro latente.