Este artículo explica la implementación heterogénea de la erradicación de cultivos de coca en el Perú, particularmente las sucesivas suspensiones de erradicación en el VRAEM, el productor más importante. El VRAEM permite examinar la capacidad estatal y las relaciones del Estado con actores no estatales que resisten sus políticas de erradicación, particularmente los cocaleros. Concluimos que la tolerancia estatal responde a un proceso de acumulación del capital simbólico del Estado, producido en la negociación con los cocaleros. Estos actores sociales reclaman a cambio el reconocimiento de su papel y de la economía cocalera en la pacificación y el orden establecido. Este orden es híbrido, pero posibilita el desarrollo del Estado, el control de la violencia y evita el monopolio de la economía ilícita por parte de actores insurgentes.